AUTOR. HONORIO ANTONIO MARTINEZ CUELLO.
Don Bosco dijo: “A los niños se hace mucho bien tratándolos siempre con amabilidad. Hay que amarlos y estimarlos a todos por igual, aunque alguna que otra vez no lo merezcan”.
Cierto muy cierto; resulta y pasa que en el Colegio o Liceo Polo Lara de Chiriguaná- -Colombia, para el año de 1962; era como una penitenciaria, donde se castigaba al alumno con mucho rigor; fue la primera vez que ingrese a un plantel de educación y por lo tanto fui muy observador en todo lo que sucedía a mi alrededor en el colegio y quedaron guardado en mi retina, máxime cuando venía del campo o de la finca de mi padre, donde me criaron con la gran mayoría de animales silvestre.
Es decir, era un niño campesino de siete años para el año de 1962 -. Antes de salir para el colegio me bañaba con agua que sacaba mi madre María del Transito Cuello, de un pozo artesanal profundo que había en el patio de mi casa, porque en esa época no había acueducto en Chiriguaná, y la gente iba a comprar el agua a mi casa, otras las llevaba mi hermano José Manuel a domicilio en un burro prieto; salía para el colegio bien vestido, con un maletín donde guardaba mis útiles escolares que mi hermano Rogerio dejo en la casa, antes de irse para Bogotá a estudiar medicina.
Recuerdo algunos de mis compañeros de estudios Jonás; Jacolito; Cavado; que eran hijos de Julio Hostia, que vivía en la Casa donde vive hoy en día José Pérez y los hermanos Manuel y Héctor Caro Salazar, quienes vivían donde hoy habita Agapito Pérez en Plaza de las Mercedes; los cuales eran mayores que yo; mi mamá les decía cuando salíamos para clases-- muchachos me cuidan a Toñito-.
Y en el colegio era feliz muy feliz, porque jugaba en recreo con mis compañeros de clases, al futbol, a la lleva, a la esconde la maluca, a la libertad, etc, etc. Pero la alegría de ser estudiante se acabo en el mes de septiembre de 1962, cuando me sucedió un hecho sin precedente en la historia de mi vida; estamos en clase con la profesora ELOINA PEREZ, me sentí mal muy mal con un dolor de estomago y yo no sabía que se tenía que pedir permiso para ir al baño, nunca lo dijeron en clases, bueno, de pronto lo sabían los antiguos alumnos, pero yo era nuevo y venía del campo y era la primera vez que estudiaba en un colegio.
Estando en clase con la profesora Eloina Pérez, sentí que unos gases intestinales se querían salir y yo apretaba mi ano para que esos gases no salieran, de pronto no aguante mas y solté un pedo, muy hediondo que invadió todo el salón; la profesora pregunto- Haber jóvenes quien soltó el pedo-, se produjo un silencio total en el aula de clase, y yo con mi inocencia campesina, enseñado por mis padres a decir la verdad, me pare y le dije a la profesora- profesora fui yo-.
Acto seguido, se produjo una risa general y la profesora me dijo- venga acá jovencito- Salí para donde la profesora, quien al estar al lado de ella me cogió del brazo y me dio una limpia con un chucho de cuero de ganado de cuatro ramales, me dio rejo por todo el cuerpo y para completar me arrodillo al frente del local del colegio que estaba lleno de cascajo durante una hora con una tranca en ambos hombros que yo parecía la figura de Jesús de Nazaret crucificado por los judíos.
La profesora manifestó delante de todos los estudiantes --Ahí estarás durante una hora arrodillado- Eran las diez de la mañana y el sol calentaba a toda la región y el sudor recorría todo mi cuerpo. A la hora de estar arrodillado y crucificado, se presento la profesora Eloina Pérez y me dijo- Levántese y siga al salón de clase- De mis ojos brotaban lagrimas de sangre y de mi boca salía un llanto melancólico que hasta temblaban mis mejillas de la ira inocente al ser maltrado por una docente del Liceo Polo Lara; Colegio al que llegue a estudiar por primera vez en mi vida.
Me senté en el andén del Liceo Polo Lara y seguía llorando; pensaba en regresar a la finca con mi papá, no quería estudiar más, miles pensamientos infantiles pasaban por mi mente y la profesora me decía - Martínez al salón de clases- No hacía caso a las palabras de la profesora, seguía sentado en el andén del Liceo y así dure como 15 minutos, mire al cielo y tome una decisión de rebeldía campesina, me levante del andén a pesar del gran dolor material y espiritual que sentía sin mirar a la profesora y los alumnos me dirigí al pupitre donde tenía mi maletín donde guardaba mis útiles escolares, lo cogí entre mis brazos y salí caminando despacio hacia la puerta del salón, una vez que estuve en la puerta del salón, salí corriendo para mi casa y no mire hacia atrás, solo escuche a unos alumnos que decían- profesora el alumno salió corriendo para su casa-.
Corría como alma en pena, cuando llegue a la Plaza de las Mercedes y divise mi casa de bahareque de paja de color blanco con una franja azul en el interior y volaba como las aves del campo, y llegue a mi casa y mi madre María del Transito Cuello, apenas me ve, me pregunta. - Aja Toñito porque esa carrera- y enseguida la abrace y comencé a llorar y entre lagrimas y llanto le decía- Mire mamá lo que me hizo la profesora Eloina Pérez-, mi mamá me pregunto y porque te pego la profesora de esa forma- mamá porque me eche un pedo-
A mi madre de la rabia se le salieron las lagrimas y manifestaba- esa mujer casi me mata a mi hijo- y comenzó hablar y los lugareños de la plaza de las mercedes llegaron a la casa y le preguntaban a mi mamá- niña Transito que le paso a Toñito y ella le respondía - la profesora Eloina casi que mata al muchacho- mi mamá, me quito la camisa, el pantalón, los zapatos y las medias y observo cómo estaba sacrificado y de sus ojos saltaron unas lagrimas y manifestó-
Usted no va más para ese colegio- busco en la mochila de mi papá, que estaba detrás de la puerta del cuarto una pomada cien y me unto por todo el cuerpo y me llevo a la cama y me acostó; cuando escuche a mi mamá que le dijo a mi hermano José Manuel, -José Manuel, acompáñame al colegio-, salió mi mamá con mi hermano José Manuel, para el colegio y como a la hora regreso y me dice mi hermano José Manuel, que mi mamá insulto a la profesora Eloina Pérez, diciéndole que esa no era la forma de castigar a un niño, que pariera y mi mamá hablo con el rector del colegio y le dijo que su hijo no volvía mas a clase.
Pocos días después mis ex -compañeros de clases cuando me veían en la Plaza de las Mercedes para tomarme el pelo y reírse me preguntaban: -Toño y porque te castigaron- y yo respondía,- “Porque me pie y quien no pea”-.
Don Bosco dijo: “A los niños se hace mucho bien tratándolos siempre con amabilidad. Hay que amarlos y estimarlos a todos por igual, aunque alguna que otra vez no lo merezcan”.
Cierto muy cierto; resulta y pasa que en el Colegio o Liceo Polo Lara de Chiriguaná- -Colombia, para el año de 1962; era como una penitenciaria, donde se castigaba al alumno con mucho rigor; fue la primera vez que ingrese a un plantel de educación y por lo tanto fui muy observador en todo lo que sucedía a mi alrededor en el colegio y quedaron guardado en mi retina, máxime cuando venía del campo o de la finca de mi padre, donde me criaron con la gran mayoría de animales silvestre.
Es decir, era un niño campesino de siete años para el año de 1962 -. Antes de salir para el colegio me bañaba con agua que sacaba mi madre María del Transito Cuello, de un pozo artesanal profundo que había en el patio de mi casa, porque en esa época no había acueducto en Chiriguaná, y la gente iba a comprar el agua a mi casa, otras las llevaba mi hermano José Manuel a domicilio en un burro prieto; salía para el colegio bien vestido, con un maletín donde guardaba mis útiles escolares que mi hermano Rogerio dejo en la casa, antes de irse para Bogotá a estudiar medicina.
Recuerdo algunos de mis compañeros de estudios Jonás; Jacolito; Cavado; que eran hijos de Julio Hostia, que vivía en la Casa donde vive hoy en día José Pérez y los hermanos Manuel y Héctor Caro Salazar, quienes vivían donde hoy habita Agapito Pérez en Plaza de las Mercedes; los cuales eran mayores que yo; mi mamá les decía cuando salíamos para clases-- muchachos me cuidan a Toñito-.
Y en el colegio era feliz muy feliz, porque jugaba en recreo con mis compañeros de clases, al futbol, a la lleva, a la esconde la maluca, a la libertad, etc, etc. Pero la alegría de ser estudiante se acabo en el mes de septiembre de 1962, cuando me sucedió un hecho sin precedente en la historia de mi vida; estamos en clase con la profesora ELOINA PEREZ, me sentí mal muy mal con un dolor de estomago y yo no sabía que se tenía que pedir permiso para ir al baño, nunca lo dijeron en clases, bueno, de pronto lo sabían los antiguos alumnos, pero yo era nuevo y venía del campo y era la primera vez que estudiaba en un colegio.
Estando en clase con la profesora Eloina Pérez, sentí que unos gases intestinales se querían salir y yo apretaba mi ano para que esos gases no salieran, de pronto no aguante mas y solté un pedo, muy hediondo que invadió todo el salón; la profesora pregunto- Haber jóvenes quien soltó el pedo-, se produjo un silencio total en el aula de clase, y yo con mi inocencia campesina, enseñado por mis padres a decir la verdad, me pare y le dije a la profesora- profesora fui yo-.
Acto seguido, se produjo una risa general y la profesora me dijo- venga acá jovencito- Salí para donde la profesora, quien al estar al lado de ella me cogió del brazo y me dio una limpia con un chucho de cuero de ganado de cuatro ramales, me dio rejo por todo el cuerpo y para completar me arrodillo al frente del local del colegio que estaba lleno de cascajo durante una hora con una tranca en ambos hombros que yo parecía la figura de Jesús de Nazaret crucificado por los judíos.
La profesora manifestó delante de todos los estudiantes --Ahí estarás durante una hora arrodillado- Eran las diez de la mañana y el sol calentaba a toda la región y el sudor recorría todo mi cuerpo. A la hora de estar arrodillado y crucificado, se presento la profesora Eloina Pérez y me dijo- Levántese y siga al salón de clase- De mis ojos brotaban lagrimas de sangre y de mi boca salía un llanto melancólico que hasta temblaban mis mejillas de la ira inocente al ser maltrado por una docente del Liceo Polo Lara; Colegio al que llegue a estudiar por primera vez en mi vida.
Me senté en el andén del Liceo Polo Lara y seguía llorando; pensaba en regresar a la finca con mi papá, no quería estudiar más, miles pensamientos infantiles pasaban por mi mente y la profesora me decía - Martínez al salón de clases- No hacía caso a las palabras de la profesora, seguía sentado en el andén del Liceo y así dure como 15 minutos, mire al cielo y tome una decisión de rebeldía campesina, me levante del andén a pesar del gran dolor material y espiritual que sentía sin mirar a la profesora y los alumnos me dirigí al pupitre donde tenía mi maletín donde guardaba mis útiles escolares, lo cogí entre mis brazos y salí caminando despacio hacia la puerta del salón, una vez que estuve en la puerta del salón, salí corriendo para mi casa y no mire hacia atrás, solo escuche a unos alumnos que decían- profesora el alumno salió corriendo para su casa-.
Corría como alma en pena, cuando llegue a la Plaza de las Mercedes y divise mi casa de bahareque de paja de color blanco con una franja azul en el interior y volaba como las aves del campo, y llegue a mi casa y mi madre María del Transito Cuello, apenas me ve, me pregunta. - Aja Toñito porque esa carrera- y enseguida la abrace y comencé a llorar y entre lagrimas y llanto le decía- Mire mamá lo que me hizo la profesora Eloina Pérez-, mi mamá me pregunto y porque te pego la profesora de esa forma- mamá porque me eche un pedo-
A mi madre de la rabia se le salieron las lagrimas y manifestaba- esa mujer casi me mata a mi hijo- y comenzó hablar y los lugareños de la plaza de las mercedes llegaron a la casa y le preguntaban a mi mamá- niña Transito que le paso a Toñito y ella le respondía - la profesora Eloina casi que mata al muchacho- mi mamá, me quito la camisa, el pantalón, los zapatos y las medias y observo cómo estaba sacrificado y de sus ojos saltaron unas lagrimas y manifestó-
Usted no va más para ese colegio- busco en la mochila de mi papá, que estaba detrás de la puerta del cuarto una pomada cien y me unto por todo el cuerpo y me llevo a la cama y me acostó; cuando escuche a mi mamá que le dijo a mi hermano José Manuel, -José Manuel, acompáñame al colegio-, salió mi mamá con mi hermano José Manuel, para el colegio y como a la hora regreso y me dice mi hermano José Manuel, que mi mamá insulto a la profesora Eloina Pérez, diciéndole que esa no era la forma de castigar a un niño, que pariera y mi mamá hablo con el rector del colegio y le dijo que su hijo no volvía mas a clase.
Pocos días después mis ex -compañeros de clases cuando me veían en la Plaza de las Mercedes para tomarme el pelo y reírse me preguntaban: -Toño y porque te castigaron- y yo respondía,- “Porque me pie y quien no pea”-.
Ese año tuve en tres colegios, despues del Polo Lara, me matricularón, en el Colegio Marco Fidel Suarez, del profesor Rafael Leyva, del cual me expulsarón por pelear a las trompadas con un compañero de curso y luego me matricularon en el Colegio La Anexa del profesor El Cabo Luis donde termine el curso perdiendo el año escolar.
Fin.
También puedes escuchar mi música ingresando al siguiente link https://open.spotify.com/album/2JXHP6WCIM9aFqgYJO6nd9 . Espero que la disfrutes.
Fin.
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