AUTOR: HONORIO ANTONIO MARTINEZ CUELLO.
Se comenta que
cuando Cristóbal Colón llegó a las américas los indígenas Caribes existían en
la costa norte de Colombia. Los indígenas Caribes era un pueblo belicoso y
salvaje que practicaba la antropofagia.
Su nombre es el origen de los términos caníbal y canibalismo con cuyos
equivalentes se describe en varios idiomas europeos la práctica de alimentarse
de miembros de la propia especie.
La familia
lingüística caribe aún hoy es una de las más amplias de América no solo por el
elevado número de lenguas y tribus que la componían, sino por su carácter
expansionista, de esta manera surgieron diferencias culturales muy marcadas
entre los caribes de una zona y otra, de acuerdo a las adaptaciones adquiridas
y contactos con otras etnias.
Los caribes se
agruparon en clanes familiares de linaje patrilineal llamados cacicazgos
manteniéndose alianzas como pueblos federados. No residían en poblados, sus
bahareques estaban a una distancia considerable unos de otros.
Estos bahareques
tenían una cuidadosa construcción con materiales naturales como: pilotes
estructurales de maderas, con cubiertas protectoras a dos aguas, elaboradas con
las hojas de la palmera de la región, divisiones y paredes internas en
esterillas de guadua, caña brava, algún tipo de cactus, recubiertas de una
argamasa de origen vegetal que además utilizaban en el inmobiliario interno, y
una última capa para el lustre de algún tipo de cal.
Los indígenas Caribes
fueron difíciles de someter, pero con el paso del tiempo crearon nuevos pueblos
y recibieron nombres diferentes como los
Arahuacos, Wayuu, Kankuamo, Senú, Wiwa, Kogui, Tule, Embera Katio, Mokaná,
Motilones, Chimilas, Chiriguanos, entre otros.
Los indígenas
Chimilas ocuparon grandes extensiones de tierra que iban desde Río Frío y las
estribaciones noroccidentales de la Sierra Nevada de Santa Marta hasta las
inmediaciones de Mompox y la Ciénaga de Zapatoza; desde la banda oriental del
Río Magdalena hasta las hoyas de los ríos Ariguaní y Cesar. Hoy en día la etnia se encuentra
prácticamente reducida a un territorio marginal que se ubica en las sabanas de
San Ángel, en el Departamento del Magdalena.
Las crónicas de
indias, por ejemplo, dan cuenta que la antigua nación Chimila contaba con un
promedio de 10 mil habitantes durante el siglo XVII (Antonio de Narváez y la Torre, Gobernador de Santa Marta y
Riohacha en 1778).
El historiador Don José
Antonio Cuello del Río, quien nació en
Chiriguaná el día 28 de diciembre de 1908 y murió en Barranquilla el día 28 de
mayo de 1997, narraba la historia de los aborígenes que poblaron la zona donde
nació en las siguientes palabras:
Los antiguos Chimilas que habitaban lo que hoy es
el municipio de Chiriguaná, quienes al asentarse en ese territorio adoptaron el
nombre de chiriguanos en rebeldía con el Cacique Chimila.
Luego de la separación de su grupo original, los
chiriguanos establecieron su propia organización administrativa en cabeza de
los ancianos indígenas de la tribu, quienes establecían una competencia para
designar un jefe denominado Cacique Chirigua.
Los indígenas chiriguanos habitaron lo que hoy es
el territorio de El Paso, La Aurora, Poponte, La Jagua de Ibirico, Rinconhondo, Curumani, La Sierra y la cabecera municipal de
Chiriguaná donde habitaba el Cacique Chirigua, quien era el jefe y la máxima
autoridad de la tribu; y en lo que hoy
es La Plaza de las Mercedes era el sitio
donde se reunían los ancianos de la tribu, órgano consultor de los chiriguanos
y donde vivía el Cacique Chirigua.
Para designar y reemplazar al Cacique Chirigua en
caso de muerte, el Consejo de Ancianos,
escogía a ocho indígenas, los más
fuertes de la tribu, quienes después de
un ritual mágico en la aldea; se les ordenaba ubicarse en fila india frente a
los ancianos, estos abrían los brazos saludando al cielo e
invocaban las fuerzas de los cuatro vientos en voz alta. Al final de cada expresión, los
ocho indígenas cruzaban sus manos en su
pecho y al hacerlo sentían que lo que
habían pedido al cielo, se encontraba dentro de su cuerpo.
Se les explicaba, que para ser el Cacique de la tribu deben
combatir cuerpo a cuerpo. Los ocho indígenas elegidos se dividían en dos
grupos, cada grupo conformado por cuatro indígenas. Se elegirían aleatoriamente
quienes iban a enfrentarse en el combate. Los vencedores se enfrentarían nuevamente entre sí, y de los cuales resultarían los dos finalistas.
Estos se enfrentarían en una lucha utilizando toda clase de estrategia y el vencedor, sería aclamado por los
ancianos indígenas, como el “CACIQUE CHIRIGUA”.
Luego de explicado el procedimiento de escogencia
se procede a iniciar las batallas para escoger a la autoridad de la tribu.
El vencedor y nuevo Cacique es sometido por el
Consejo de Ancianos a un penoso ritual de iniciación en el templo del dios Sol,
donde el chamán de la tribu lo aseguraba y hacían de él un hombre poderoso,
capaz de dotar a los suyos de comida en tiempo de crisis, de seguridad frente a
pueblos enemigos y demás necesidades que se presentasen.
Finalizado el rito de iniciación, proseguía una
ceremonia especial convocada por el Consejo de Ancianos para presentar al
vencedor de las batallas como el nuevo CACIQUE CHIRIGUA, jefe político, juez y
máxima autoridad de la tribu.
Es así como en honor al Cacique Chirigua la región
donde tenía sus dominios recibe el nombre de CHIRIGUANÁ; que en lengua indígena
significa tierra de abundancia”.
Contaba el
historiador Don José Antonio Cuello del Río, que Ambrosio Alfinger, remonta el rio
Magdalena con tres barcos en búsqueda del tesoro de EL DORADO, llega al Banco
Magdalena donde descansan, para seguir su destino al Valle de Upar, conquistar
y colonizar el territorio americano y darle cumplimiento a una capitulación
concedida por el Rey de España a los hermanos Bartolomé y Antonio Welser, dos
conocidos banqueros alemanes de la época en 1528.
Ambrosio Alfinger
utiliza las tres embarcaciones en el Rio Cesar y llega a Chiriguaná el día 20 de
enero de 1530, región que estaba bajo la autoridad del Cacique Chirigua, quien
se oponía a cualquier diálogo con los extranjeros que llegaron a sus tierras.
El Cacique
Chirigua, fue muerto el día 28 de enero de 1530 a traición por un disparo de
arcabuz que le hizo un emisario del conquistador Ambrosio Alfinger, quien le
llevaba un falso mensaje de paz, en la región del Mamey, jurisdicción municipal de Curumaní- Colombia..
Ese día se produjo la
matanza de los indígenas chiriguanos a manos de los soldados del alemán conquistador
Ambrosio Alfinger, quien se abrió paso para llegar a las tierras del Valle de
Upar; los sobrevivientes migraron al sur del Continente Americano.
Nada es por casualidad, cuando Ambrosio Alfinger, el día 28 de enero de 1530, asesinó al Cacique Chirigua y se produjo la matanza de los indígenas chiriguanos, los indígenas sobrevivientes emprendieron la huida hacia el sur del continente y se establecieron en el Brasil, luego emigraron hacia la Cordillera de los Andes y se asentaron en los Valles Orientales andinos. Es decir, en el Paraguay, Bolivia y Argentina.
El Cacique Chirigua, fue una institución indígena, como lo es hoy en día, el Alcalde, Gobernador o Presidente, que, cada vez, que fallecía el designado Cacique Chirigua, los ancianos de la aldea hacían una competencia para elegir al nuevo Cacique Chirigua, como así lo describió el historiador Don Jose Antonio Cuello del Rio.
Esta historia ha sido relatada de padres a hijos durante siglos que tiene como protagonista al Jefe de los indígenas Chiriguanos, como lo es el Cacique Chirigua.
Si usted visita a Chiriguaná en el Centro del Departamento del Cesar, no verán pirámides, no verán santuarios construidos con piedras o barro; los indígenas chiriguanos, tenían como santuario la tierra y la naturaleza y en general, Chiriguaná, es un pueblo, que nunca se ha sentido dueño de la tierra, sino hijos de ella.
El Alma del Cacique Chirigua, ronda las calles, entra a las casas y llora en la Plaza de las Mercedes de Chiriguaná, por la ignorancia de sus descendientes.
El día 22 de
octubre de 1990, el señor Pedro Alejandro Martínez Mejía, cavando un pozo para extraer
agua potable para el consumo de la familia,
encontró en el patio de su casa ubicada en la Plaza de las Mercedes de
Chiriguaná- Cesar- Colombia, collares, pectorales, cerámicas y vasijas de barro
que tendría más de 500 años de antigüedad y
restos óseos de personas que habrían pertenecido a la tribu
prehispánica. Allí los indígenas chiriguanos habrían depositado los cuerpos de
los indígenas que fallecían.
El termino Cacique,
palabra de etimología taina (parcialidad de la etnia arawak) pasó a ser un
concepto aplicado por los españoles a ciertas personalidades de las culturas
originarias centroamericanas, sudamericanas y caribeñas, con este término se
referían a las personas que tenían poder.
Me gustaría que el
Instituto Colombiano de Antropología, examinara la vasija que tengo en mi poder
para determinar la edad y confirmar la
existencia en Chiriguaná de los aborígenes de la cual somos sus descendientes.
Fin.
También puedes escuchar mi música ingresando al siguiente link https://open.spotify.com/album/2JXHP6WCIM9aFqgYJO6nd9 . Espero que la disfrutes.
En honor al cacique chiriguano, hoy nuestro pueblo lleva su nombre es bueno que sepamos la verdura historia de nuestro municipio
ResponderEliminarEse llamado cacique chirigua nunca existió pura mitología.
EliminarFue posible determinar la edad de esta vasija?
ResponderEliminarChiriguana tierra de contrastes,feudal,manejada por un clan familiar de esa época,con médicos, abogados, farmacias,un pueblo prácticamente analfabeta, compadrazgo y dueños de las mejores tierras y playones,esa fue la chiriguana de los antepasados de las generaciones.hoy cambio y esas familias,ya no tienen ese poder perpetuo porque los hijos de los desarraigados se hicieron profesionales.
ResponderEliminar