AUTOR:
HONORIO ANTONIO MARTINEZ CUELLO.
ROBERTO GARCIA HERNANDEZ.
"EL MEDICO DEL PUEBLO."
Hace aproximadamente cinco siglos
que arribaron los primeros conquistadores a nuestro continente, quienes
encontraron que el manejo de las enfermedades que padecían nuestros aborígenes
estaba a cargo de los chamanes, médicos sacerdotes que combinaban el uso de
las hierbas medicinales y materiales orgánicos con diversos conjuros
alabando a los dioses la curación del paciente.
En Europa la medicina seguía
todavía los postulados galénicos, aunque comenzaba la época de cirujanos como
Ambrosio Paré o de médicos y anatomistas como Vesalio, que le darían un
toque más moderno y científico al ejercicio.
Los nosocomios y hospitales se
habían popularizado en los medios militares romanos y también entre los árabes.
El primer hospital en nuestro
territorio se levantó en Santa María la Antigua del Darién, ciudad fundada por
Vasco Núñez de Balboa; el yerno de éste- Pedrarias Dávila- a su vez fundo el
nosocomio, bajo la protección de Santiago Apóstol (1513), el que conto
con cincuenta camas, con el aparejo que suelen tener las camas de la ciudad de
Sevilla, según reza la Cedula Real.
Ejercieron allí Pedro Álvarez
Chanca (quien vino como físico en el segundo viaje de Colón), Rodrigo de
Barreda y el maestre y cirujano Alonso de Santiago.
Sobra contar que las enfermedades,
animales feroces, venenosos y el clima tropical, ardiente, húmedo y
tremendamente insalubre, arrinconaron a los primeros conquistadores, por lo que
once años después el hospital se trasladó a la Ciudad de Panamá, donde después
de decapitar a Balboa tomo el mando Pedrarias.
Las epidemias más comunes fueron
las de la viruela (que diezmo a los indígenas) y la peste negra, el cólera y la
disentería; como endemias, la sífilis, la lepra, el tifo exantemático o
tabardillo, la tuberculosis, el pián, el carate y la fiebre amarilla
selvática proveniente del África, que posteriormente tuvo ciclos urbanos,
además del tetanus o neonatorum; apareció también epidemias limitadas de
escorbuto y de beri-beri, enfermedades desaparecidas en el tercer milenio.
El siglo XX comienza con claras
influencias francesa en la medicina colombiana en instituciones de Bogotá y
Medellín la primera contaban aproximadamente con cien mil habitantes para
el año de 1900 y la capital antioqueña unos cincuenta mil habitantes; en
ese entonces eran las principales ciudades del país.
Con una sociedad eminentemente
rural, Cali tomaba impulso e igual lo hacía Barranquilla, ciudad que se
benefició enormemente de la inmigración europea y libanesa. Las ciudades
históricas como Popayán, Ocaña, Mompox, Santa Marta e incluso la misma
Cartagena, no pudieron conservar su sitial de honor en la economía e
intelectualidad del país.
Pasaron a un tercer plano, pues en segundo lugar apareció Bucaramanga en Santander y Manizales en el eje cafetero, y luego Pereira. Así que los principales centros médicos estuvieron en estas ciudades, por orden de importancia.
Chiriguaná en el Departamento del
Magdalena para la década del cincuenta carecía de un hospital y el médico
Chiriguanero ROBERTO GARCIA HERNANDEZ, quien naciera en Chiriguaná
el día 26 de mayo de 1902, fue el primer médico que se preocupó en el
Departamento del Magdalena, por combatir las enfermedades tropicales,
especialmente el paludismo y el Pián, tarea que venía desarrollando como médico
del Ministerio de Obras Públicas, Distrito de Carretera del antiguo
Departamento del Magdalena, cuando se construía la vía que va al Sur
comunicándonos con los departamentos de los santanderes y por razones de su
oficio se desplazaba a las diferentes poblaciones de la región.
El médico ROBERTO GARCIA
HERNANDEZ, radicado definitivamente en su pueblo natal, se preocupó por la
construcción del Hospital, solicitándole al abogado ANDRES VILLANUEVA,
dirigente político del Viejo Magdalena la asignación de la primera
partida para dicha obra; recurso que se hizo efectivo y en agradecimiento se
propuso darle el nombre de HOSPITAL SAN ANDRES, por iniciativa del galeno
Chiriguanero.
En el Centro del Departamento del
Magdalena para la década del cincuenta y sesenta y en especial la región
del municipio de Chiriguaná, presentaba una alarmante mortalidad campesina por
mordeduras de serpientes, lo que llevó al médico ROBERTO GARCIA HERNANDEZ a
estudiar esta rama de la ciencia inspirada en la lectura de una revista
francesa.
Su dedicación lo llevo a constituirse en una verdadera autoridad nacional sobre la materia, a la que consagró gran parte de su vida, siendo colaborador del Instituto Nacional de Salud en la producción de sueros antiofídicos. Mantuvo contactos importantes con Instituciones Brasileras, dedicadas a la producción del suero para el tratamiento de pacientes con mordeduras de serpientes.
Egresado de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Cartagena, promoción de 1935, fue funcionario del
Servicio Seccional de Salud del Viejo Magdalena y posteriormente del
Departamento del Cesar; fue el primer médico del Hospital de Chiriguaná.
Su espíritu de servicio, su don de gente, sencillez, amor por su patria chica, su región y sus sacrificios económicos en favor de los necesitados, así como de la ciencia médica, lo convirtieron en un verdadero filántropo, cumpliendo al pie de la letra con el juramento Hipocrático.
En reconocimiento a estos méritos, el Congreso de la Republica de Colombia y el Departamento del Cesar, le impusieron sendas condecoraciones.
Los padres del médico ROBERTO
GARCIA HERNANDEZ, fueron don ROBERTO ANTONIO GARCIA QUIROZ Y doña ADRIANA
HERNANDEZ QUIROZ, su esposa fue la distinguida dama doña CANDELARIA RANGEL
CADENA y sus hijos Gustavo, Maria Eugenia y Adriana.
LA HONORABLE ASAMBLEA
DEPARTAMENTAL DEL CESAR, en uso de las atribuciones Constitucionales y
Legales, el día 13 de Noviembre de 1992, aprobó la:
“ORDENANZA
No 009
POR LA CUAL SE RINDE HOMENAJE A
LA MEMORIA DEL ILUSTRE GALENO ROBERTO GARCIA HERNANDEZ.
O R D E N A:
ARTICULO PRIMERO: El Hospital San
Andrés del Municipio de Chiriguaná Cesar, llevará el nombre del ilustre galeno
“ROBERTO GARCIA HERNANDEZ”.
ARTICULO SEGUNDO: El Gobierno del
Cesar y la Asamblea del Departamento, ordenará la elaboración de una placa
conmemorativa en bronce, que será colocada en la entrada principal del Hospital
de Chiriguaná, en ceremonia especial que para el efecto se disponga.
ARTICULO TERCERO: La placa que se
ordena en la presente Ordenanza, llevará inscrita los nombres del Gobierno
Seccional y de la Asamblea Departamental, periodo 1992-1994, resaltando a los
autores de esta iniciativa y a la Mesa Directiva de la Corporación y señalando
el número de la Ordenanza correspondiente.
ARTICULO CUARTO: El Gobierno del
Cesar y las autoridades de la Salud, gestionarán los mecanismos legales,
administrativos y financieros para lograr elevar la categoría del Hospital
local de Chiriguaná, a Hospital Regional Nivel 2, sin perjuicios de las
aspiraciones que tengan otras ciudades del Departamento, de acuerdo con los
respectivos estudios de factibilidad.
ARTICULO QUINTO: La presente
Ordenanza rige a partir de la fecha de su sanción y promulgación.
Dado en Valledupar, Cesar, a los
trece (13) días del mes de Noviembre de mil novecientos noventa y dos (1992).
LAZARO CALDERON GARRIDO.
Presidente.
RICARDO VARGAS GUZMAN.
Secretario General.”
Una vez publicada la Ordenanza No
009 del día 13 de Noviembre de 1992, en la Gaceta Oficial del Departamento del
Cesar, fue remitida por el señor Gobernador del Cesar don Lucas Gneco Cerchar,
al señor Director del Hospital San Andrés de Chiriguaná- Cesar, para que la
Junta Directiva, mediante Acuerdo le diera cumplimiento a la Ordenanza expedida
por la Honorable Asamblea del Cesar, a la que la Junta Directiva del
Hospital, no le ha dado cumplimiento, no se sabe por qué razones.
El médico ROBERTO GARCIA
HERNANDEZ, tenía su consultorio en la Calle Central frente a la Iglesia de
Nuestra Señora la Virgen de Chiquinquirá de Chiriguaná, donde atendía a los
lugareños enfermos de la región, aunque no tuvieran dinero. Los recibía con una
sonrisa en sus labios, aunque no hubiesen apartado citas médicas con
anticipación.
El médico era considerado como uno más de la familia y se le consultaban todos los problemas familiares. Problemas que abarcaban todas las materias imaginables: que a uno le habían quitado la escopeta, que una pareja reñía, que si tenía que comprar algo, etc. Siempre era tenida en cuenta su opinión.
Los lugareños de la región de
Chiriguaná, cariñosamente le decían “El doctor Robertico” porque fue el médico
del pueblo, y un gran médico, al decir de todos. Pudo haberse quedado en
Cartagena, Santa Marta o Barranquilla, pero a él le atraía la tierra que lo vio
nacer, y en ella ejerció la medicina durante casi todos los años de su carrera.
Recuerdo al doctor Robertico,
cuando hacia sus visitas domiciliarias a sus pacientes en el pueblo, en
un vehículo que manejaba a veinte kilómetros por hora, en la mañana, al
medio día y al anochecer; siempre estaba esperando, esperando en su casa o
consultorio algún lugareño que llegara a buscarlo para visitar a cualquier
paciente que se encontrara grave de salud; sobre todo, en las noches de
invierno, cuando el viento soplaba con fuerzas y la lluvia arreciaba.
El doctor Robertico siempre como un apóstol de la medicina cuidando a sus paisanos enfermos.
La fama del “médico del pueblo” de Roberto García
Hernández, se expandió por toda la región del caribe colombiano. En la Costa
Norte de Colombia, no había, quien no hubiese escuchado hablar del doctor
Robertico, de su capacidad, honestidad y su buen trato.
Las puertas de su consultorio y de su casa siempre
estaban abiertas, sobre todo para las parturientas, madres con niños en brazos
y personas con ataques repentinos de hipertensión.
En esa época el médico tenía que
saber de todo. Atendía con igual importancia un parto, la postura de una
escayola o extirpar un quiste. En ocasiones, por falta de medios, los enviaba al Banco Magdalena, para que fueran atendidos por algún especialista de esa
localidad.
Y es que en Chiriguaná no había aparatos médicos para prestar un buen servicio y el médico no ganaba tanto dinero como para poder comprarlos. Por otra parte, en esa época no había tanto dinero como ahora.
Recuerdo con gran gratitud que en mis años de niñez, cuando mi padre Pedro Alejandro Martínez Mejía encontraba enferma a mi madre, mis hermanos o a mí, nos llevaba donde el doctor Robertico para que nos atendiera y él muy noble y sabiamente nos curaba la enfermedad que padecíamos. Es decir, el doctor Robertico hacia muchas visitas médicas sin cobrarlas. Y si mi papá le iba a pagar le decía -“Pedro tienes mucha plata”-.
El nombre del médico ROBERTO
GARCIA HERNANDEZ, es parte de la historia de Chiriguaná, no solo por su
desempeño como médico, sino por innumerables acciones sociales que se cuentan
en su haber, entre ellas su preocupación por la construcción del Hospital de Chiriguaná
y la colaboración que le hizo al Instituto Nacional de Salud en la
producción de sueros antiofídicos y era conocido en su tierra como
“el médico del pueblo”.
El médico ROBERTO GARCIA
HERNANDEZ, falleció el día 30 de abril de 1991, su sepelio modesto como toda su
vida, fue una exclamación de un pueblo entero, que lloró en silencio a un
verdadero hijo ilustre de Chiriguaná, a él fueron a rendirle el último
homenaje cientos de corazones que hoy laten en el pecho de personas adultas, útiles
a su familia y a la sociedad, gracias a los cuidados tan esmerados y
pertinentes que el médico les brindo cuando éramos niños.
Su muerte dejó un vacío
incalculable en su familia y en su consultorio donde a tantas personas brindó asistencia médica. En la comunidad médica de Chiriguaná le abrió el espacio a
nuevos médicos que llegaron a seguir los pasos de este hombre honorable y de
una de las figuras más grandes que ha dado la medicina en el Departamento del
Cesar.
Los lugareños de Chiriguaná manifestaron en su momento “se marchó con la satisfacción del deber cumplido”; sin embargo, aún hoy sus familiares, amigos y toda la comunidad chiriguanera lo evoca todos los días como la persona distinguida que fue y como el héroe de bata blanca y maletín médico que salvó incontables vidas.
No es entendible, entonces, y
genera una tristeza profunda que la Junta Directiva del Hospital de Chiriguaná,
no le haya dado cumplimiento a la Ordenanza Departamental, desconociendo con su
actitud a un personaje insigne de nuestra historia chiriguanera como lo fue el
médico ROBERTO GARCIA HERNANDEZ.
Los chiriguaneros estamos seguro
que el Hospital, con el nombre del científico ROBERTO GARCIA HERNANDEZ volverá
a la vida, lo que le dará dignidad, respeto y decoro; porque se trata de
elevar a un Hospital que llevará el nombre de un hombre honorable, distinguido
y sabio que se entregó con alma, vida y corazón a salvar vidas en la región de
Chiriguaná y sus alrededores.
Fin.
También puedes escuchar mi música ingresando al
siguiente link https://open.spotify.com/album/2JXHP6WCIM9aFqgYJO6nd9 . Espero que la disfrutes.
Simbolismo los nombres de personajes de todos los aconteceres parroquial, lo importante fue lo que realizo en Vida como médico Roberto García Hernández.
ResponderEliminar