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SIMÓN BOLÍVAR, EL LIBERTADOR MASÓN: . - AUTOR: HONORIO ANTONIO MARTÍNEZ CUELLO

 



SIMÓN BOLÍVAR, EL LIBERTADOR MASÓN: .

AUTOR. HONORIO ANTONIO MARTINEZ CUELLO.

Cuenta la historia que en 1585 a 1604 fue el conflicto bélico entre los reinos de Inglaterra, gobernado por Isabel I de Inglaterra y de España, donde reinaba Felipe II.

La guerra comenzó con victorias inglesas como la de Cádiz en 1587 y la perdida de la Armada Invencible en 1588, pero hubo diversas victorias españolas como la de la Contra armada en 1589, así como la enorme mejora en la escolta de las flotas de India y la rápida recuperación de España, debilitaron definitivamente a Inglaterra lo cual la obligo a firmar un tratado de paz en 1604 favorable para España en Londres.

Los motivos que llevaron a Felipe II a la guerra fueron económicos, políticos y religiosos:

1º) Aspecto Político. En 1580 España tenía dominio en América y contaba con el apoyo de los Habsburgo en Alemania y de los príncipes italianos; razón que tuvo Inglaterra para prestar su apoyo a los principales enemigos de España.

Inglaterra apoyo en su independencia de España a los Países Bajos en la Guerra de los Ochenta Años, con la presencia militar inglesa junto a las tropas neerlandesas en 1585, éste apoyo se oficializó con la firma del Tratado de Nonsuch, mediante el cual se pactaba una alianza militar anglo-neerlandesa contra el Imperio Español. 

De igual manera Portugal conto con el apoyo militar de Inglaterra para separarse de la corona española en 1580 ya que España había anexionado Portugal a sus dominios.

2º) Aspecto religioso.  Las desavenencias entre ambos países venían de tiempos de Enrique VIII de Inglaterra. El protestantismo ingles se enfrentaba al catolicismo español, Isabel I de Inglaterra había sido excomulgada por el papa Pio V en 1570 y Felipe II de España había firmado en 1584 el Tratado de Joinville con la Santa Liga de Paris a fin de combatir el protestantismo.

3º) Aspecto Económico. El aspecto económico eran las constantes expediciones de los corsarios ingleses contra los territorios españoles en las Indias y contra la flota del tesoro que cargada de riquezas alimentaba las finanzas de la metrópolis suponían para España una amenaza a sus intereses económicos. 

El corsario Sir John Hawkins inicio la participación inglesa en el tráfico de esclavos en 1562, ganando enseguida el apoyo real inglés. Los ataques de los corsarios, como la batalla de San Juan de Ulua nunca fueron grandes victorias, pero si suponía una molestia para Felipe II. España consideraba el tráfico no regulado legalmente con las Indias Occidentales como contrabando ilegal. En la década entre 1560 y 1570 fueron atacadas varias plazas y hundidos o capturados algunos barcos españoles en las Indias Occidentales.  

Inglaterra buscaba por todos los medios de apoyar a los latinoamericanos para que gestionaran la independencia de España, para ello, necesitaban a un líder latino que hablara perfectamente el inglés, hasta que por fin aparecieron Francisco de Miranda y Simón Bolívar, dos venezolanos que tuvieron plena consciencia de la transcendencia histórica de los hechos que estaban sucediendo en Latinoamérica por el abuso del Imperio Español a los latinos.

Simón Bolívar, viaja a Europa en 1803, después de la muerte de su esposa Doña Maria Teresa del Toro Alayza la cual ocurrió el dia 22 de enero de ese año. En el mes de octubre del mismo año, Bolívar solicito la ayuda de Francisco de Miranda para presentar la solicitud de membresía a la “Muy Respetable Logia Simbólica de Cádiz en España” y es iniciado aprendiz masón en la Logia vinculada a la Muy Respetable Gran Logia Simbólica Reunión Americana, cuya sede se encontraba en Londres; con el seno izquierdo descubierto, un pie izquierdo descalzo, una venda en los ojos y despojado de todos sus objetos de valor, Simón Bolívar se inicia en los secretos y misterios de la francmasonería al encontrar la piedra bruta la cual es la independencia y bienestar de cientos de miles de habitantes de las América hispana y el mazo  de su voluntad y el cincel de su inteligencia la golpearan hasta convertirla en piedra tallada.

Pero nadie dijo nunca que tallar la piedra bruta fuera fácil. Las virtudes masónicas de voluntad y reflexión adornaban a Bolívar.

Iniciado en la institución que propugna la razón, el afán de mejora y la ayuda mutua, el joven criollo también disfruta de las risas, las luces y los placeres de las noches europeas. En Londres Simón Bolívar y Francisco de Miranda en una tenida blanca de la Muy Respetable  Gran Logia Simbólica Reunión Americana y con la presencia del Rey de la Gran Bretaña y de Irlanda Jorge III y El Estado Mayor de la Defensa Inglesa procedieron a establecer las estrategias para enfrentar al imperio español en las Américas para ello establecieron la planificación y ejecución de acciones para lograr objetivos específicos, los cuales implicaban la evaluación del entorno, identificar fortalezas y debilidades y utilizar tácticas para obtener una ventaja sobre el enemigo.

El Rey se comprometió en esa tenida blanca de apoyar la causa libertadora de América Latina contra España, facilitándole ayuda militar, política y diplomática a favor de los insurgentes o revolucionario. Es decir, además de la ayuda del Rey de Inglaterra, también particulares ingleses apoyaron la causa libertadora de las Américas.

Ese documento fue firmado por Simón Bolívar, Francisco de Miranda, los masones allí presentes y el Rey de Inglaterra documento que reposa en los archivos de la Muy Respetable Gran Logia Simbólica Unida de Inglaterra.

Simón Bolívar es iniciado aprendiz masón en la Muy Respetable  Logia Simbólica de Cádiz” en España y los grados de Compañero y Maestro Masón los recibió en la Muy Respetable Logia Simbólica de San Alejandro de Escocia y puesto que se habla de haber sido recientemente iniciado, Bolívar recibió los dos grados de Compañero y Maestro Masón con poca diferencia de tiempo en la misma Logia y es con el grado de Maestro Masón que figura en el cuadro de honor de los miembros de la Muy Respetable Logia Simbólica  de San Alejandro de Escocia de Paris Francia.

Todavía existe en la Biblioteca Nacional de París un nuevo documento titulado “Cuadro de los QQHH, que componen la Respetable Madre Logia Escocesa de Francia, bajo el título distintivo de San Alejandro de Escocia al Oriente de París el año de la Gran Luz 5804 y 1805”, que viene a ser una repetición del anterior, pero ordenado por grados masónicos y en el que a continuación de los Caballeros Rosa Cruz, se especifican los nombres de seis maestros, entre ellos Campos, gentilhombre español y Bolívar, oficial venezolano. A estos siguen un compañero, dos miembros de la Columna de Armonía, un miembro honorario y tres no residentes en todo el año.

Efectivamente, Bolívar que tenía una gran admiración por Napoleón como símbolo de la libertad y de la gloria, experimentó una gran decepción a raíz de su auto coronación como emperador en la catedral de París el dia 2 de diciembre de 1804. El hecho de que Napoleón ciñera la corona imperial rompió en Bolívar el mito que se había forjado en torno a su figura y Simón Bolívar decía:

Yo le adoraba como el héroe de la República, como la brillante estrella de la gloria, el genio de la libertad. En el pasado yo no conocía nada que se le igualase, ni prometía el porvenir producir su semejante. Se hizo Emperador, y desde aquel día le miré como un tirano hipócrita, oprobio de la libertad y obstáculo al progreso de la civilización.

Esta decepción se agravó cuando unos meses después, el 15 de agosto de 1805, en Milán, volvía Napoleón a coronarse, esta vez como rey de los italianos. Eso hizo que Bolívar que se encontraba en Italia, evocando las glorias de la República Romana y tenía como testigo a su preceptor Simón Rodríguez, hiciera en el Monte Sacro de Roma su célebre juramento: “Juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor, y juro por mi patria que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español.

Simón Bolívar regresa a Venezuela para organizar con la Legión Británica y el Estado Mayor de la Defensa; constituye el órgano auxiliar de mando y apoyo a los revolucionarios.   Se organiza de tal forma que permita la definición y el desarrollo de la estrategia militar, el planeamiento y conducción de las operaciones militares y el ejercicio del resto de sus competencias. 

Cosidas a sus hombros las charreteras de coronel, Bolívar se enfunda la casaca militar y con su ejército mixto de criollos y de la Legión Británica, sabe que se avecinan sacrificios y peligros para su vida, pero también sabe que la masonería es voluntad, razón y esfuerzo.    

Comienzan a llegar los mercenarios, marinos y soldados británicos a Venezuela para contribuir decisivamente a la independencia de los rebeldes, probablemente más en los combates en los mares que las batallas terrestres. Sin embargo, respecto a los propios revolucionarios, su resurgimiento a partir de 1815, en adelante, a través de la creación y equipamiento de nuevos ejércitos regulares insurgentes no sería posible sin las armas y municiones que fueron posibles de hacerles llegar desde el Reino Unido y sus colonias, a través del tráfico de armas que era posible únicamente mediante el completo control de los mares por parte de la marina británica, y cuyo origen era la producción armamentista resultante de las guerras napoleónicas.

Centenares de soldados y oficiales voluntarios de Inglaterra, Escocia e Irlanda se unieron a las fuerzas patriotas y contribuyeron enormemente a la causa republicana. La desmovilización de la armada y del ejército con el fin de las guerras napoleónicas lanzó a miles de hombres al ya saturado mercado de trabajo. 

Ante la secuela inevitable de toda guerra, intranquilidad social, desempleo, y las dificultades de adaptación a las nuevas circunstancias, Hispanoamérica se presentó como la posibilidad de empleo inmediato en sus milicias, y la necesidad de procurarse armas y elementos para la prosecución de la lucha contra la dominación española, llevó a los patriotas al empeño de buscarlas en Europa. 

También era deseable el contingente humano, sobre todo el de oficiales con experiencia en el adiestramiento de las tropas y para el objetivo de una regularización de las acciones de guerra. Por ser entonces Inglaterra dueña de los mares y por poseer gran preponderancia política, los jefes patriotas consideraron que su ayuda sería un factor decisivo para el éxito de la empresa de la liberación.

Desde el año 1817 se produce el fenómeno de reclutamiento en el Reino Unido de veteranos de las guerras europeas y coloniales británicas que se embarcan para diversos lugares de América del Sur, especialmente Venezuela.

Las Legiones Británicas estuvieron compuestas por la 1ª Legión Británica, por la 2ª Legión Británica, y la Legión Irlandesa. Formaron los batallones de infantería Albión , Carabobo y Rifles, regimientos de caballería como los Húsares, aunque sus miembros también combatieron encuadrados en otras unidades americanas.

La espada de Bolívar brilló en llanos y cerros, viajaba por ríos y coronaba los montes en busca del enemigo y así fue liberando a los pueblos de las riberas del rio magdalena y libera a Santa Marta, Coro, Maracaibo, Cartagena, El Banco Magdalena, Chiriguaná, Cundinamarca, Tunja…

Las unidades de mercenarios extranjeros usaron sus propias enseñas, como la Unión Jack ​ para los ingleses, o en el caso de la Legión irlandesa una bandera verde con el clársach, símbolo de Irlanda Thomas lldestón Farriar, al frente de los cazadores británicos, contribuyó de forma decisiva al triunfo de los insurgentes en la Batalla de Carabobo en 1821. 

En el curso del mes de septiembre, el reclutamiento ya era notorio y público, y los periódicos de Londres Inglaterra daban la noticia del embarque de mercenarios y material de guerra en buques rumbo América del Sur. Las protestas del embajador español, Duque de San Carlos se hicieron más insistentes. 

Castlereagh se negaba a tratar una proclamación real contra el alistamiento en Gran Bretaña, que pueda dejar sin ayuda a los insurgentes, alegando que esta prohibición era irreconciliable con la opinión pública británica, sin introducir, a la vez, una mediación y el libre comercio en los virreinatos españoles.

Las Legiones Británicas formaron una parte importante del ejército de Bolívar, quien las acreditó en la Batalla de Boyacá proclamando "Esos soldados liberadores son los hombres que merecen estos laureles", y en la batalla de Carabobo donde los describió como "Los Salvadores de mi Nación". 

Sin embargo, a pesar de que algunos historiadores dicen que ellos fueron posteriormente casi olvidados por los países en los que lucharon; hay muchas demostraciones de que esto es un error ya que inclusive hay batallones en los ejércitos suramericanos que llevan sus nombres. En el puente de Boyacá hay un monumento en honor a la Legión Británica.

En Angostura Simón Bolívar incluyó la Legión Británica en la fuerza que debía acompañarlo durante Campaña Libertadora de la Nueva Granada. El coronel James Rooke estuvo al mando de 160 o 200 hombres, quienes lucharon por la Independencia de Colombia.

Después de la Batalla del Pantano de Vargas   el coronel Manuel Manrique, Jefe de Estado Mayor, dijo: «Todos los cuerpos del ejército se han distinguido, pero merecen una mención particular, (…) las Compañías Británicas. A las que su Excelencia el Presidente de la República, les ha concedido la “Estrella de los Libertadores”, en premio de su constancia y de su valor».

El coronel James Rooke fue herido por una bala en el brazo izquierdo. Éste tuvo que ser amputado y cuando se lo desprendieron, lo alzó con su mano derecha y gritó en castellano: «Viva la Patria!»

El cirujano le preguntó en inglés: «¿Cuál Patria?, ¿Irlanda o Inglaterra?», Rooke meneó negativamente la cabeza y contestó: «La que me ha de dar sepultura». El coronel Rooke murió días después de la amputación. La viuda del coronel Rooke, Anna Rooke, por orden del Libertador disfrutó de una pensión vitalicia y recibió una suma de dinero como indemnización.

Derrotado el ejercicio español el 7 de agosto de 1819 en el puente de Boyacá. Tras este triunfo crucial, Bolívar entra pocos dias después en Bogotá, hecho éste que es conocido como la batalla que puso fin a la campaña independentista que comenzó a finales del siglo XVIII y tuvo como fecha emblemática el 20 de julio de 1810; luego, entonces, se organiza Colombia como un Estado Social de Derecho.

Van quedando, cada vez más lejanos, los dias en que las disputas se resolvían en las llanuras, ríos y montes a golpe de acero y plomo. Las intrigas políticas, van asfixiando la obra de Bolívar. Acorralado por las rencillas entre clanes del poder, sumido en un ambiente irrespirable y consumido por la enfermedad, Simón Bolívar renuncia al poder a mediado de 1830.

El 24 de octubre de 1830, el doctor Gasterbond habla seriamente con Bolivar y le dice: -Caudillo, no respondo de su vida mientras no cambie de clima-”

Bolivar solicito pasaje y embarcación a Jamaica, pero los médicos desaconsejaron tal viaje y fue invitado por don Joaquín Miers y Benites, el Libertador marchó, junto a su séquito a la Quinta de San Pedro Alejandrino, hacienda enclavada en Santa Marta Colombia.

Le restan semanas de vida, no llegará a contemplar como La Gran Colombia se resquebrajaba a causa de la codicia y las disputas intestinas de los clanes políticos. Aunque con tal seguridad presagiaba ese final. Bolivar devorado por la fiebre y sin apenas poder incorporarse de una hamaca, redacto sus últimas palabras:

“Habéis presenciado mis esfuerzos por plantar la libertad donde antes reinaba la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aún mi tranquilidad. Mis enemigos abusaron de la credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad. He sido victima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas de la muerte. Yo los perdono. Al desaparecer de entre vosotros, mi cariño me dice que he de manifestar mis últimos deseos. No aspiro a otra cosa que la consolidación de Colombia…Si mi muerte contribuye a que se cesen las divisiones y se consolide la unión, bajare tranquilo al sepulcro”.      

“También Bolivar le manifestó a don Joaquín Miers y Benites entre llantos, lo siguiente: Mire usted querido amigo si no hubiese enviudado, quizás mi vida habría sido otra: no sería el General Bolivar ni el libertador…Quise mucho a mi mujer, y a su muerte juré no volverme a casar. He cumplido mi palabra…he probado el matrimonio, he probado la traición, he probado la paz con mi pasado, sepultado en mi bajo, tantos seres queridos cercenados por la muerte. Todo me ha salido mal. Con que, ahora adiós a todos. Ya soy libre”.       

Y dando un suspiro profundo el libertador Simón Bolívar parte al Oriente Eterno el dia 17 de diciembre de 1830;  en 1842 sus restos fueron trasladado a Caracas en donde nació el dia 24 de julio de 1783, su querida ciudad natal.

 

Es mi palabra. M: .

 

 

 

 

 

 


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