PRESOS
ESTUDIANTES DE LA NORMAL DE CHIRIGUANÁ.
AUTOR: HONORIO ANTONIO MARTINEZ CUELLO.
En 1971
cursaba el primer año de bachillerato en la Escuela Urbana de Varones del
Municipio de Chiriguaná, la cual recibió posteriormente el nombre de Normal; venia de estudiar la primaria en el Colegio Instituto
Caldas del maestro Juan Mejía Gómez, de una enseñanza rígida, a una enseñanza
en la Normal libre y con sentido de responsabilidad del estudiante; el local de
la Normal quedaba en la Calle San Antonio frente a la familia García
Aguilar; tuvimos varios profesores entre
ellos el profesor de inglés Alfredo Burgos, de religión Jesús Alvares Martínez;
de Prehistoria y Deportes Omar Menas
Vivas; de Urbanidad Margot González; de Ciencias Jaime Triana, Matemática
Fernando Granados, de Español el profesor Tapias y otros que mi memoria no recuerda.
Mis compañeros
de salón Erasmo Mendoza Nieto, Jaime Azar Martínez, Alejandro y Tobías Turizo Diaz, Jhonny Argote Angulo, Armando Rafael Diaz Romero- Manduka-, Carlos Arturo Manjarrez Martinez, Tony del Castillo Perez, Fernando Mendoza Perea, Walmy Cuello Pontón, Jaime Jimenez Reales, Orlando Orta López y Armando Orta Castillo, Jose Antonio Socarras, Alexander Meneses Barboza, Jhony Mendoza Rios- El Manco- Gonzalo Córdoba Martinez, Alvaro Perea Martinez, Oswaldo Olivero Mieles, Jaime
Rapalino, Jose Agustín Rincón Tortello, William Meneses Arévalo, Víctor Manuel
Cuadro Martinez, de Rinconhondo, Enoc Angulo Rangel, Luis Diaz,-Chifer- de la Jagua de Ibirico,
Arismenides Martínez Perez,- Picalua- Aristófanes Salazar Baute, Benito Caamaño López, de
la Sierra; Uriel Bautte Hernández, Milciades Castañez Aroca, Hernando Machado
Sánchez -El Quimico-, Alfredo Burgos, José Vásquez Castillo, Tomas Rafael Padilla Perez, Juan Ochoa de la Aurora; entre otros.
Los alumnos de secundaria y sobre todo los
de primer año, son considerados por el grueso de la población como personas que
nada les importa, que no se dan cuenta de lo que pasa en el mundo y sobre todo
que son muy irresponsables en sus actos y en la toma de decisiones, resumiendo
lo anterior “todo les vale”.
Lo anterior lo explicaba el profesor
Tapias en la clase de español y para ello organizo en la clase de los jueves-
Centro Literarios- con el fin de que los alumnos fueran diligentes en preparar
dramatizados, cantos vallenatos, baladas, joropo, poesías y poemas. Es decir,
innovar el nivel educativo en el estudiante.
En el salón de clases había compañeros muy
estudiosos y se esforzaban por obtener unas excelentes calificaciones. Otros como yo, que me conformaba con calificaciones mediocre debido a que lo que
realmente me interesaba eran las actividades deportivas, culturales y sociales
en la Plaza de las Mercedes; porque mis aspiraciones eran las de ser matarife
como mi padre Pedro Martínez y vender carne en el mercado público de
Chiriguaná, por esas razones las buenas notas carecían de importancia para mí.
En esa época los boletines contenían las
calificaciones de cero a cinco. Los estudiantes que tenían notas de tres en
adelante se marcaba con lapicero azul y menos de tres se marcaba con lapicero rojo.
El profesor de grupo Jesús Álvarez Martínez,
anuncio a los estudiantes la entrega de boletines del primer semestre del año
para un viernes del mes de junio de 1971, yo sabía que iba más partió que
tabaco en boca de vieja y fui a donde mi tía Francisca Sánchez Mejia, que vivía en el
barrio Palmarito, buscando a mi primo el Negro Machado, con el fin que él
recibiera mi boletín y no mis padres ya que tenía por seguro que me iban a
castigar porque seguramente mi boletín tendría más rojos que azules.
Cuando anunciaron mi nombre el Negro
Machado se paró de la silla donde estaba sentado fue a recibir mi boletín, yo estaba pendiente,
el Negro abrió el boletín se lo quedo
mirando y llegue a preguntarle -¿Qué tal
primo cómo voy? - él me dice- Primo, es
un almanaque con muchos días de fiestas.
Mi padre Pedro Martínez, todos los días
llegaba donde mi tía Francisca Sánchez en el barrio Palmarito, a ver cómo había
amanecido su hermana, así que mi tía le dice a mi padre – Pedro, Toñito va
perdiendo el año, en el día de ayer el Negro recibió el boletín; mi padre no
pronuncio frase alguna, solo se despidió, se montó en la bicicleta y se dirigió
a nuestra casa, cuando llega a la casa
le pregunta a mi madre –¿Transito donde esta Honorio?, y mi madre le responde –
Esta en el patio regando la huerta- Mi mamá me llama - Toño, tu papá necesita
hablar contigo- Ya voy mamá- le contesto; medite en segundo y me dije
mentalmente se formó el arroz con mango; luego llego donde está mi padre y él
me pregunta-¿ Dónde está el boletín que entregaron ayer en el Colegio?, salí
caminando para mi cuarto busqué en mis útiles escolares saqué el boletín y se
lo lleve a mi papá, quien estaba sentado en una mecedora, se puso las gafas, abrió el boletín y le dice a mi mamá- Transito
este muchacho se la ha pasado es jugando en el colegio; me agarro del brazo y
me llevo al patio, desabrocho el cinturón de su
pantalón y le dio una vuelta en la mano y comienza el castigo con
correazos en las piernas y en la espalda y de mi boca salían llantos terribles
y gritaba mamá ayúdame, ayúdame, ayúdame; mi madre no salía, estaba ocupada en el granero atendiendo a la
clientela de la Plaza de las Mercedes; acto seguido mi padre me ordena –
arrodíllese, me arrodille, mi boca temblaba del castigo y dice mi padre – Como
pierda el año, le doy otro castigo, peor que este, y lo llevo a donde Nelson
Pava para que le de trabajo de vaquero, queda arrodillado hasta que regrese de
hacer unas diligencias-.
Al día siguiente me reúno con mis amigos
de la Plaza de las Mercedes y les digo- Mi papá me castigo ayer porque voy
perdiendo el año, si lo pierdo el castigo será peor y me va a llevar a donde
Nelson Pava para que trabaje de vaquero, así que yo voy a recuperar todas las
materias que he perdido y según dice mi papá no gane ni recreo; así que
suspenderé las visitas a Maria Casquito, el futbol y todas las travesuras que
hacemos porque el cinturón de mi papá pega duro, miren como estoy cortado en
las piernas y en la espalda-.
Yo
tenía 15 años de edad, igual que mis compañeros de salón y mis amigos de la
Plaza de las Mercedes, con cambios físico y culturales de la propia
adolescencia que llamamos pubertad en la cual establecíamos relaciones con
grupos iguales a nuestras edades, como dice la Biblia cada oveja con su pareja,
por esas razones yo andaba con mis amigos de la plaza de las Mercedes porque
teníamos la misma edad.
Fomentado mi deseo de estudiar y tener
éxitos con el cinturón de mi papá, era un reto recuperar todas las materias
perdidas y me dedique a estudiar todas las tardes en el patio de mi casa,
porque yo asistía a clases en la Normal en la jornada de la mañana.
Fue tanta la motivación que tenía por los
correazos de mi papá, que comencé a participar en clase, me interesaban todas
las asignaturas y me gustaba enfrentarme a los retos que los profesores
planteaban.
Cultive el hábito y la motivación en el
estudio que me ayudaron a recuperar todas las materias perdidas, pero faltaban
los exámenes finales, así que hable con el mejor estudiante del curso William
Meneses Arévalo, para estudiar en su casa los exámenes finales, por insinuación
de mi mamá.
La casa de William Meneses quedaba en toda
la esquina frente al parque principal del Cacique Chirigua, donde también se
convertía en la caseta la Palenquerita y además de eso tenía varias mesas de
buchacara donde las personas de Chiriguaná, jugaban y consumían licor; si, era
una cantina.
El grupo de estudio los conformábamos
William Meneses Arévalo, José Agustín Rincón Tortello, Víctor Manuel Cuadro,
Arismenides Martínez Perez, Benito Caamaño López, Enoc Angulo Rangel, Luis Diaz y
Honorio Martínez Cuello.
Habíamos presentado varios exámenes y el
grupo había salido exitoso con buenas calificaciones y yo iba recuperando las
materias perdidas.
El examen final de matemática con el
profesor Fernando Granados, se fijó para un día lunes y era el último examen
del curso primero de la Normal de Varones, todos estábamos nerviosos porque el
profesor Fernando Granados, era una yarda; es decir, era muy exigente.
El grupo de estudio nos pusimos de acuerdo
para estudiar sábado y domingo el examen final y precisamente el sábado en la
tarde que estábamos estudiando en el patio de la casa de William Meneses,
llegaron varios miembros de la Policía Nacional acantonada en Chiriguaná, a las
dos de la tarde de ese día pidiendo identificación y requisando a todos los que
estaban jugando buchacara y consumiendo licor en la cantina del señor Laureano
Meneses.
Tres agentes de la Policía Nacional se
dirigieron al patio de la casa donde estábamos estudiando, nos pidieron nuestros
documentos de identidad, todos nos miramos las caras, le dijimos a los agentes
de la policía que no teníamos documentos de identidad que estábamos estudiando
para el examen de matemática del lunes, ante esa aclaración los agentes nos
pidieron el carnet de estudiante y les dijimos que tampoco teníamos que el
Colegio no ha entregado el carnet a ningún estudiante; mientras hablamos con los agentes de la Policía,
William Meneses, José Agustín Rincón y Víctor Manuel Cuadro se
escondieron en la casa debajo de las camas y quedamos
Arismenides Martínez Perez, Benito Caamaño López, Enoc Angulo Rangel, Luis
Diaz, y Honorio Martínez Cuello hablando con los agentes de la Policía
Nacional, uno de los agente manifestó me hacen el favor y nos acompañan al
Comando de la Policía; dejamos los cuadernos en la mesa de madera donde
estábamos estudiando, salimos los cincos
estudiantes caminando adelante y los tres policía armados hasta los dientes
atrás.
Las personas que estaban en la cantina del
padre de William Meneses y en el Parque del Cacique Chirigua protestaron por
nuestra captura y les reclaman a los policías por qué motivo nos llevan presos;
entre la multitud se encontraba Toño Loco quien le manoteaba e insultaba a los
agentes y les pedía que nos soltara, nada de eso sucedió nos llevaron al
comando de la policía y nos pusieron hacer oficios varios.
El patio del Comando de la Policía estaba
sucio y lleno de una planta que le llaman aruña gato y nos dijo el Cabo de la
Policía- a limpiar el patio con las
manos-, yo inicie la limpieza, pero me pinche las manos con la planta y me
quite la camisa y me la coloque en las manos y comencé a arrancar las plantas
lo mismo hacían mis compañeras de cautiverio.
Después de limpiar el patio, nos pusieron
a barrer y trapear el Comando, supimos al día siguiente que Toño Loco caminaba
por la calle Central del Comando de la Policía a la Iglesia gritando – Presos
estudiante de la Normal- Presos estudiante de la Normal - Presos estudiante de
la Normal - en forma repetidas, con razón
me dije, que vimos cuando salimos
que al frente del Comando eso estaba lleno de nuestro familiares y amigos, casi
todo el pueblo de Chiriguaná estaba al frente del Comando de la Policía.
Mi padre Pedro Martínez, se encontraba
viajando comprando ganado para la pesa en el mercado público de la localidad, y
fue mi madre Maria del Transito Cuello quien recibió la noticia que su muchacho
estaba preso en el Comando de la Policía de Chiriguaná.
Angustiada mi madre le dijo a mi hermana
Rosmira- Atiende el Granero, que yo voy a ver que le paso a Toñito- Camino de
la casa al Comando de la Policía mi madre se preguntaba ¿Que había hecho mal
Toñito? ¿Por qué se lo llevaron preso, si él estaba estudiando para el examen
de matemática del lunes?
Los lugareños de la Plaza de las Mercedes
abordaron a mi madre y le preguntaban ¿Por qué estaba preso Toñito? Mi madre
decía que no sabía, que iba para el
comando hablar con el Comandante de la Policía; Manuela Barahona y su hermana
Clementina le dicen a mi madre que la van acompañar; iban las tres mujeres
placeras a rescatar a Toñito, cuando mi madre llega a donde Laureano Meneses a
preguntar ¿Por qué la Policía capturo a
su hijo?, le dijeron que por que no tenía documentos de identidad; mi madre y
sus dos acompañantes no dieron espera y
caminaron rumbo al Comando de la
Policía, cuando van llegando a la esquina donde tenía un kiosco de madera Cesar Bustamante, la señora Ligia Yusty de
Caamaño que se encuentra sentada en un taburete acompañando a su esposo el
médico Alberto Caamaño Martínez, donde Jito Yoya, se levanta del taburete donde
está sentada y se dirige al encuentro con mi madre y le pregunta – niña
Transito para donde va- mi madre le contesta para el Comando de la Policía, por
que capturaron a mi muchacho, que estaba
estudiando para el examen del lunes a donde Laureano Meneses, porque no tenía
documentos de identidad, el médico Caamaño escucha la conversación se levanta
del taburete y le dice a mi madre – Vamos a hablar con el Comandante de la Policía.
En
Chiriguaná, por ese entonces, no había energía eléctrica y muy poca agua para
el consumo humano. Tampoco grandes oportunidades de empleo o educación. Mi
madre Maria del Transito Cuello, no podía creer lo sucedido; y con la compañía
de la señora Ligia Yusty, el médico Alberto Caamaño, Manuela y Clementina
Barahona, con lágrimas en sus ojos, se desprendió del miedo y la tristeza “¿Qué
ira a pasar con mi hijo? ¿Ira a dormir en el Comando de la Policía?”, se
preguntó.
El médico Alberto Caamaño y la señora
Ligia Yusty, le pidieron al policía que estaba de guardia que le permitiera
hablar con el Cabo de la Policía, el cual le respondió que le preguntaría si podían pasar o no; el Cabo se asomó a la
puerta y le hizo señas a los visitante para que
entraran, una vez adentro la señora Ligia y el médico Alberto le
preguntaron al Cabo los motivos de la captura de los estudiantes, el cual respondió que era una captura pedagógica para
que los muchachos se acostumbraran a
portar sus documentos de identidad y a la vez, es un mensaje para el rector de
la Normal para que a cada estudiante le entregue un carnet que lo identifique
como estudiante de esa institución educativa y que los pondría en libertad a
las siete y media de la noche.
La señora Ligia y el médico Caamaño, salen
del Comando y le dan la información a mi madre y a todos los familiares de los
que estábamos en cautiverio; había una cantidad de personas al frente del
Comando de la Policía hasta profesores de la Normal se encontraban allí
presente, quienes hacían comentarios sobre la captura de los estudiantes y
sobre todo expresaban que se le había violado el debido proceso los cuales
tenían derecho a:
1. Ser informado del
procedimiento a seguir para el cumplimiento de la medida correctiva: ¿Por qué
los capturan y los conducen al comando de la Policía?
2. Se debe respetar el debido proceso.
3. Interponer recursos de reposición y de
apelación ante la autoridad de policía.
4. Ser escuchado en descargos.
Nada de lo anterior se hizo y los
profesores catalogaban las detenciones de los estudiantes de arbitrarias, sobre
todo que fueron sometidos hacerles oficios en el Comando que les correspondía
hacerlos a los miembros de la Policía Nacional por lo cual consideraban que se
habían violado los derechos humanos al tenerlos detenidos durante cinco horas
en el establecimiento policial.
El reloj señala las 7:30 de la noche, los
familiares y amigos desesperado al frente del Comando de la policía porque no ven que los
detenidos salen en libertad, al poco rato ven movimientos dentro del Comando y
ya observan que los cinco estudiantes van saliendo en fila india, yo fui el
último de la fila y apenas pisamos la calle, las personas que estaban a las
afueras del Comando se lanzaron sobre nosotros y nos abrazaban y gritaban – “al
fin libres”-.
Mi madre me abraza y me besa y siento el
verdadero amor de madre dentro de mi pecho, más, sin embargo, le toco el
bolsillo del vestido para saber si dentro de él está “Martin Moreno el que saca
lo malo y mete lo bueno” Martin Moreno era un chucho de cuatro ramales que
tenía mi madre encebado de cuero de ganado vacuno para castigarme cuando hacia
travesuras y al ver que no estaba Martin Moreno en el bolsillo me puse a llorar
también como lo hacía mi mamá.
Estando entre los brazos de mi madre,
siento en medio de las piernas que se introduce una cabeza y me alza y escucho
un grito vagabundo “Viva La Plaza de las Mercedes, viva Toño”; es mi compañero
de andanzas Aldo Linares Mieles, al que le decíamos Pacho Bobo, todos mis
hermanos placeros estaban presentes y acompañaban con gritos “Viva La Plaza de
las Mercedes, viva Toño” y salimos caminando por la calle central rumbo a la
caseta el Timbo al Tambo, de ahí doblamos a la izquierda en busca de la Plaza
de las Mercedes y los placeros continuaban gritando “Viva La Plaza de las
Mercedes, viva Toño”.
Al llegar a la esquina de mi tía Simona
Beleño veo la Plaza de las Mercedes toda iluminada por mechones en la puerta de
las casas, los lugareños me abrazaban, las mujeres me besaban e insultaban a
los Policías y poco después llego a mi casa donde está mi padre que al verme se
levanta de la silla y me abraza y me besa y hace una exclamación – En esta
Plaza si quieren a mi muchacho-.
Llega el día del examen, nos encontramos
los cinco estudiantes detenidos por la policía y nos abrazamos en la puerta de
la Normal y hacemos cometarios ligeros, pero estábamos nerviosos por el examen
de matemática; ese día habían convocados
a los alumnos de cuarto y primero de la Normal para el examen final, antes de
ingresar al examen el profesor Alfonso Ebrath le manifiesta a los estudiantes
–“Como los pupitres son dobles, en cada pupitre va un alumno de cuarto con uno
de primero-” Dije mentalmente se me apareció la virgen, claro, porque mi
hermana Maria Leonela Martínez Cuello, cursaba cuarto año en la Normal, yo entre al colegio a buscar, donde estaba sentada y cuando llego
al lugar donde está mi hermana, encuentro sentado al compañero Erasmo Mendoza
Nieto al que le dije - Erasmo yo llegue primero, lo que pasa es que estaba
buscando un lápiz para el examen y mi hermana le dijo a Erasmo si, él llego
primero; Erasmo se levantó, se fue para otro lugar y yo me senté al lado de mi
hermana que es una tesa en matemática.
Mi hermana Maria Leonela y yo somos
hermanos de padre y madre, pero ella es de piel clara y cabello rizados y yo de
piel oscura y cabello lacio, los dos, no, nos parecemos.
El profesor Ebrath dicta los cinco puntos
del examen de algebra a los alumnos de cuarto año, terminado los cinco puntos;
el profesor Fernando Granados dicta los cinco puntos de matemática a los
alumnos de primero y dice el profesor Granados - el examen tiene una duración
de dos horas y los alumnos que tuvieron presos tienen que presentarse en la
rectoría, el rector Bahamon necesita hablar con ustedes-
Un examen es una prueba de conocimiento,
aptitudes, habilidades o de las capacidades físicas y aprovechamiento de los
estudiantes, sinceramente yo no estaba muy fuerte en matemática porque era una
materia que fue difícil para mí, mi hermana a la hora ya tenía resuelto su
examen de algebra y yo no había contestado nada, le dije a mi hermana Maria
Leonela – Leo haceme el examen o se lo digo a mi mamá- ella me quedo mirando
tomo mi hoja del examen y comenzó a contestar por mí, al poco rato me dice- Te
conteste cuatro pregunta, la otra la contesta tu- Yo no conteste nada, cuando
vi que comenzaron a entregar el examen me pare y entregue mi examen.
Una vez que termino el examen los cinco
estudiantes detenido por la Policía Nacional, fuimos hablar con el rector de la
Normal, entramos nos sentamos y el
rector Bahamon nos preguntó ¿Por qué nos habían detenido? Y le contestamos que
no teníamos documento de identidad ni carnet estudiantil- muy bien mandaremos
hacer en Barranquilla los carnets para el próximo año y nos fuimos cada uno
para nuestras casas.
A los tres días, colocaron los resultados
del examen final de matemática en la cartelera de la Normal, voy llegando a la
Normal y Luis Diaz, me dice Honorio sacaste cuatro (4.00), como, ¡cuatro!, yo
esperaba sacar cinco, dije, pero me acorde que me falto una pregunta por
contestar.
A finales de noviembre de 1971, el rector
convoca a reunion de padres de familia para la entrega de boletines de final de
año y allí se sabrá quién gano o perdió el año o en su defecto quien tiene que
habilitar materia.
Mi padre no podía asistir porque tenía que estar viajando por
toda la region comprando ganado vacuno para la venta de carne fresca en el
mercado de Chiriguaná, y mi madre tampoco podía ir porque tenía que atender la
clientela del Granero de la Plaza de las Mercedes; así que, decidimos mi
hermana Maria Leonela y yo recibir nuestros boletines, ella en el curso cuarto
y yo en el curso de primero.
Después de la reunión de padres de familia
se invitó a los padres para que siguieran
al curso donde estudiaron sus hijos para la entrega de boletines, tenía una
ansiedad para saber la definitiva en mi boletín. El profesor Jesús Álvarez
comienza a llamar por orden alfabético y anuncia MARTINEZ CUELLO HONORIO
ANTONIO, conteste, - aquí profesor-, dice -venga por su boletín-, me hacen
entrega del boletín y únicamente la mirada se fija en las calificaciones
definitiva y observo que todas están en azul y pego un grito dentro del salón “-gane el
año nojoda-” el profesor Álvarez me dice grosero, salgo del salón corriendo con
destino a la calle Galeano rumbo a mi casa en la Plaza de las Mercedes, el
corazón se me quiere salir del pecho de la alegría y veo en la puerta de
Manuela Angulo a Fidel Morales quien me dice - Toño por que corre así, de esa
manera- le respondí - nojoda gane el
año-.
Entre a mi casa y le entregue el boletín a
mi mamá y le dije -gane el año- y le pregunte por mi papá y me dijo esta en el
patio, ligero llego al patio le entrego el boletín a mi papá y le digo gane el
año, mi padre saca las gafas abre el boletín y sonríe y dice – sacaste tres
(3.00) en todas las materias, por lo tanto, Toño dejaste las plumas en el
alambrado-.
FIN.
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