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MUJER INFIEL ENOJADA EN CHIRIGUANÁ.- AUTOR. HONORIO ANTONIO MARTINEZ CUELLO.


AUTOR. HONORIO ANTONIO MARTINEZ CUELLO.

The Williams Brothers Construction Company, inc, lideres en el mundo entero en la construcción y mantenimiento de oleoductos, gasoductos, poliductos, líneas de flujos, montajes electromecánicos, operaciones de campo y pozos petroleros, así como montaje de toda clase de facilidades y servicios relacionados para la industria del petróleo; fue la compañía que gano la concesión que hizo Ecopetrol para construir el oleoducto Barrancabermeja- Santander y Pozos Colorados en Santa Marta- Magdalena  en la década del Sesenta. 

El oleoducto supondría un ahorro anual en costos de transporte lo que ayudaría a mitigar una enorme pérdida para la empresa Ecopetrol.

 The Williams Brothers Construction Company, inc; además de tener sus intérpretes del inglés al español y viceversa, la empresa ejecutaría la  Planificación y diseño del proyecto, preparación para la construcción, movilización, construcción y asuntos especiales en la construcción del oleoducto; el oleoducto atravesaría los departamentos de Santander  y  Magdalena, hasta llegar  a Pozos Colorados; en los cuales la Compañía realizaría las siguientes actividades:

·         Levantamiento topográfico,
·         Desbroce del derecho de vía,
·         Excavación de zanjas;
·         Colocación, doblado, soldadura, envoltura y revestimiento de la tubería;
·         Pruebas de resistencia y hermeticidad de las cañerías;
·         Instalación de la protección catódica para controlar la corrosión, o colocación en la zanja, en el           caso de los oleoductos enterrados;
·         Relleno y limpieza.

En los humedales, ocurren las mismas actividades generales; sin embargo, es necesario dragar y eliminar el lodo para poder colocar la tubería. En el caso de las tierras completamente saturadas y las lagunas, se emplean barcazas para dragar el suelo, fabricar la tubería y colocarla.

The Williams Brothers Construction Company, inc, contrata para realizar el oleoducto a personal capacitado en esa clase de labores y es así que Fernando Flórez Castillo, nativo de Barrancabermeja, quien  con una cultura rara, debido a la mezcla de varias culturas en su ciudad, era un hombre individualista, trabajador, honrado, machista, ahorrativo (muchas veces tacaño) y terco; éste joven  había estudiado en la ciudad de Bucaramanga en el Instituto Técnico Superior “Dámaso Zapata” y  durante sus  estudios conoció a la joven bumanguesa Patricia Rueda, con quien contrajo matrimonio y posteriormente  viajaron a la ciudad de  Barrancabermeja con la ilusión de que Fernando consiguiera laborar en Ecopetrol  Empresa Colombiana de Petróleos S.A; pero Fernando fue contratado por Williams Brothers Construction Company, inc, para la construcción del oleoducto Barrancabermeja Santander a  Pozos Colorado en el Magdalena.

Patricia decide acompañar a su esposo durante el trayecto de la construcción del oleoducto, se alista y se va junto con él al campamento donde se inicia la construcción de la obra. Área en el que se realizaban labores de limpieza y se habían quitado algunos árboles, para lo cual ya se contaba con los permisos respectivos.

Durante el trayecto de la construcción del oleoducto Fernando y Patricia comenzaron a tener sus diferencias personales, debido a un contexto sociocultural diferente, con unas costumbres y creencias propias y unas experiencias personales previas. 

En cada lugar donde la Compañía hacia el campamento para sus trabajadores, Fernando y Patricia se ubicaban en un sitio diferente de donde se asentaban los compañeros de Fernando para mantener siempre su privacidad matrimonial, pero a veces, éste iba los fines de semanas con sus amigos a parrandear y llegaba a donde su esposa embriagado, al verlo llegar en ese estado Patricia lo recibía con insultos, lo golpeaba, le decía que se había acostado con otra mujer y por esas razones ya no le hacía el amor a ella. 

Patricia,  una mujer celosa compulsiva; vivía pensando en cómo, cuándo y dónde Fernando le estaba poniendo los cachos. 

Los celos son un signo de los valores ligados a la monogamia y el alto grado de compromiso de una persona: fidelidad, amor, honestidad, sinceridad, unión y proyecciones a futuro en la construcción de un hogar estable.

El Gerente The Williams Brothers Construction Company, inc y sus interpretes llegaron a Chiriguaná a ponerle en  conocimiento del señor Alcalde Municipal que debían instalar un campamento en la cabecera municipal para poder continuar con las obras de construcción del oleoducto, los cuales fueron atendido por el señor alcalde don Gregorio Pico, quien le facilito el lugar para que establecieran el campamento y  su respectivo casino para los trabajadores  de la empresa americana.

El lugar escogido fue el lote que queda detrás del Hospital San Andrés de Chiriguaná, donde queda hoy en día la escuela mixta numero tres.

Fernando y Patricia, arrendaron una casa de bahareque en la Plaza de Mercedes, más específicamente donde viven hoy en día los hijos de Elver Parea y Chepa Nobles.  Fernando, todas las mañanas salía bien temprano para el campamento, donde un vehículo lo transportaba  al lugar donde se estaban llevando a cabo los trabajos del oleoducto, esa era la actividad diaria que realizaba Fernando de lunes a sábado y regresaba en las horas de la noche todos los días y descansaba los domingos.   

Patricia Rueda, nacida en Bucaramanga, era de piel trigueña, cabellos largos, ojos verdes, era  una mezcla entre europea e indígena, era una mujer berraca muy buenas para el trabajo, muy frentera y celosa. Tenía  el espíritu  rebelde de las heroínas, como todas las mujeres santandereanas peleaba  por lo suyo, en pocas palabras, era una mujer muy inteligente y no comía entero.

Patricia de 25 años, estaba casada  con el amor de su vida. Desde que conoció a Fernando supo que era el hombre indicado para ella y por eso tomó la decisión de casarse con él. Sin embargo, últimamente estaba teniendo sentimientos encontrados al empezar a experimentar emociones que jamás imaginó tener. 

Ella conoció a un hombre en la Plaza de las Mercedes de Chiriguaná, que se le metió en la mente. Ese hombre era Aniceto Mieles Morales, hijo de Francisco Mieles y Gregoria Morales; quienes vivían en toda la esquina de la Plaza de las Mercedes, frente a la señora Simona Beleño, pero Aniceto vivía solo, en una casita que quedaba al lado de la casa de sus padres donde vive hoy en día Nurys Rodríguez pariente  de nuestro hermano Placero  Raúl García Hostia. 

Aniceto Mieles Morales, era un hombre delgado, alto, de facciones finas, vestía de blanco y era propietario de un vehículo marca jeep en el cual transportaba pasajeros todos los días a los diferentes pueblos de la región; Patricia lo veía todos los días, en la Plaza de las Mercedes y ella sentía una sensación que le ponía la piel de gallina.

Patricia se había enamorado de Aniceto, pero éste no lo sabía; un día cualquiera en las horas de la mañana se le ocurrió a Patricia viajar a Curumani, hacer unas diligencias personales y para ello solicito los servicios de Aniceto, quien por vivir en la Plaza de las Mercedes la ubico en el puesto de adelante del jeep, salieron con destino a Curumani y durante el viaje, el más leve roce de sus manos con la de Aniceto le producía un incontrolable destello de sensaciones ardiente y casi dolorosas.

Una vez que llegaron a Curumani,  Patricia le dijo a Aniceto que la acompañara hacer unas diligencia porque no conocía el pueblo, Aniceto muy gentil la acompaño, iban de almacén en almacén, Patricia se quedaba mirando los ojos de Aniceto y éste pronto evidencio que Patricia sentía una fuerte atracción por él; una vez,  terminada las diligencia, Aniceto la invito a almorzar y ella gustosa aceptó. 

Durante el  almuerzo hablaron de muchas cosas, y se reían, hasta que por esas cosas del destino sus manos se entrelazaron y se miraron a los ojos y sin decir palabras salieron caminando hasta ingresar a la Residencia El Chispazo de la Vida que quedaba a la salida para Pailitas; estando en la habitación se abrazaron, se besaron e hicieron el amor.

En silencio regresaron a Chiriguaná, Aniceto la dejo en su casa en la Plaza de las Mercedes. En la noche  llego  Fernando del trabajo le conto todo lo que hizo en Curumani, menos  su aventura amorosa con Aniceto, a lo cual Fernando le respondió que se alegraba que empezara a conocer la región y que sería bueno que hiciera amigos en el pueblo para que no se sintiera aburrida mientras él trabajaba. 

Pasaron los días y la pasión desenfrenada que sentía Patricia por Aniceto le impedía dormir y respirar, sentía que lo necesitaba cerca para poder vivir, había nacido en Patricia un amor maldito.

Existen muchas razones y motivos por los que las personas tienen aventuras. Probablemente tantas razones como personas hay. Pero generalmente una aventura indica un deseo interno de cambio.

Algo en la vida o las relaciones de la persona no marcha bien y la infidelidad se convierte en el desencadenante del cambio. Tomando como referencia la parábola de Cristo, que decía—Quien esté libre de pecado que lance la primera piedra-; parábola que trata acerca de una mujer que comete “adulterio” a su esposo, se demuestra que la infidelidad era castigada brutalmente por unos, aunque por otros era aceptada. 

Es a veces difícil explicar con exactitud lo que sucede cuando una mujer es infiel al esposo. Las razones y motivos son tan diversos y multiformes que resulta difícil formular descripciones precisas de la infidelidad femenina.

Patricia hacia sus compras en el Granero de la Plaza de las Mercedes de propiedad de María del Transito Cuello, se había hecho amiga de ella y de todos sus familiares, especialmente de un niño que llamaban Toñito, quien después de darle un  dulce le entregaba un papelito para que se lo llevara Aniceto, el niño cuando veía el vehículo de  Aniceto salía corriendo y le entregaba el papelito a este. 

Toñito era un niño de nueve años travieso, que andaba en la Plaza de las Mercedes sin camisa, a pies descalzos y pantalones cortos, quien estaba siempre alerta y pendiente de todo lo que ocurría a su alrededor.

Una vez que Aniceto, leía el papelito, salía caminando de su casa, atravesaba la Plaza de las Mercedes, saludaba a las señoras Chepita Rangel, Ana Rosa Caamaño, seguía por la calle del Progreso saludaba al señor Epifanio Díaz, Édita Díaz,  hasta llegar a la casa  de la señora Ana María, la esposa de Eurípides Pérez, donde vendían licor; se tomaba dos o tres cerveza en la puerta de la calle, y escuchaba a Juan Mendy borracho que gritaba—Agripina, prepárate  Agripina, que voy a prender  la tierra-- y cuando Aniceto observaba que Patricia  abría el portón del patio de la casa donde vivía,  se despedía, caminaba con paso lento hasta entrar  al patio y luego a la alcoba de la casa. 

Las dos almas se entrelazaban en el ritual del amor, hasta saciarse por completo en su amor furtivo.

Los amores malditos son engendrados en un alma atormentada, similares a una enfermedad del espíritu que busca desesperadamente aferrarse a un amante para no caer en el abismo del hastió. Amores que llevan en sí mismo el signo de la locura y la destrucción, relaciones que se regodean en el delirio  y la intensidad, amores extremos que oscilan entre la devoción casi mística y el odio descarnado. 

Más que amores malditos, son seres malditos los que aman. Maldito no solamente porque al amar contravengan normas establecidas, sino porque vivir esa ilusión de amor es quizá la única razón verdadera que tuvieron para justificar su existencia en un mundo misterioso. 

Patricia era una mujer celosa, pero cuando le fue infiel a  Fernando se volvió aún más celosa con el fin de controlar todos los pasos de su esposo,  para que no supiera de su infidelidad, cuando éste estaba en descanso no lo dejaba hablar con sus amigos y si Fernando salía del trabajo a tomarse  unas cerveza lo buscaba para estar al lado de él,  con el fin de evitar que algún compañero indirectamente le hiciera una confesión.

Patricia tenía a Fernando como si éste estuviese en una cárcel, e incluso los detalles buenos que su esposo quería tener con ella, eran mal interpretado y llevados al extremo;  Patricia era hábil muy hábil para evitar ser descubierta.

Pedro Martínez Mejia, vecino de la Plaza de las Mercedes, al observar el comportamiento de esta joven pareja decía “--Tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe--”, pues bien, el día 7 de septiembre de 1966, en las horas de la mañana Patricia llega al Granero de la Plaza de las Mercedes, hacer unas compras, bien vestida, elegante, con una belleza que solo  tienen las mujeres bonitas a las que los pintores mueren por retratar o por intentar plasmar en el lienzo con sus pinceles la perfecta combinación entre belleza y fantasía; la razón, eran días de celebración en la municipalidad, pues festejaban las Fiestas Patronales de Nuestra Señora de Chiquinquira de Chiriguaná, que se celebran del día 29 de agosto al 8 de septiembre de cada año.

Patricia saluda muy cordial a todos los presentes y pregunta por Toñito para que le haga una diligencia, Toñito llega a la sala y Patricia  le da un besito en la mejilla y le entrega el papelito para que se lo entregue Aniceto; Toñito introduce el papelito en el bolsillo de su pantalón corto y sale a la Plaza de las Mercedes a realizar el encargo. 

Al poco rato, Toñito escucha el sonido del vehículo de Aniceto y corriendo va a su encuentro y le entrega el papelito, Aniceto lo abre y una sonrisa brota de sus labios, Patricia observa por la ventana de su casa, todo lo que está sucediendo. 

Pasados unos minutos, Aniceto estaciona su vehículo, entra a su casa,  saluda a su padre y a su madre y sale hacer el recorrido de siempre para encontrarse con Patricia y así materializar sus encuentros ardientes, ya que por sus venas corrían las fuerza de la sangre, el valor, el coraje y la entereza para luchar por lo que amaban.

Lo que ellos no sabían, era que el destino no estaría a su favor esta vez; así, mientras ellos se entregaban a sus sentimientos atormentados y a una pasión profunda en la cual los dos se abrazaban y besaban con fervor en el patio de la casa, caminaba por la Calle del Progreso un amigo y colega de Fernando quien pasaba de casualidad por la zona, éste voltea en dirección a la casa de su amigo, como solía hacer cuando pasaba por ese sector, sin embargo, en esta ocasión pudo observar un espectáculo amoroso entre la esposa de su amigo Fernando y alguien a quién no pudo distinguir. 

El observador, como impulsado por una fuerza extraña salió corriendo en bandada hasta llegar al campamento The Williams Brothers Construction Company, inc  donde se encontraba Fernando y le comunica todo lo que presenció.

Al principio Fernando, no cree lo que le dice su amigo, pero reacciona y le dice al celador del campamento  Miguel Avena que le preste un revolver, que parece que un ladrón se voló la cerca de su casa y estaba robando, el celador le presta un revolver que tenía guardado en la guardia y  le pide permiso a su jefe inmediato  para dirigirse a su casa,  con una incertidumbre en su alma al encuentro con la traición.

Fernando llega por la Calle del Progreso a su casa, abre con cuidado el portón, entra al patio, e ingresa a la casa, dirigiéndose de la sala al dormitorio, en donde encuentra a su esposa en pleno acto sexual. 

Fernando al ver  a su esposa en brazo de su amante siente un vacio, desesperación, rabia, frustración, dolor, angustia…son la mezcla de sentimientos encontrados que afloran cuando se descubre la infidelidad del ser amado; sin pronunciar una sola palabra  desenfunda el revólver que tenía  guardado en la cintura y  les apunta y dice—Hola felicitaciones Patricia— Ésta y Aniceto se sorprendieron al ver a Fernando que les apuntaba con un revólver, inmediatamente las lágrimas empezaron a brotar de los ojos de Patricia, mientras su garganta hacia un nudo y su corazón latía y se rompía a la misma intensidad.

Fernando con la sangre hirviéndole de furia y odio hacia los dos seres malditos, logra decir en un tono sarcástico —Patricia, crees que es momento de llorar—Fernando hizo que Patricia y Aniceto desnudos se arrodillaran en la sala de la casa y abrió la puerta de la calle para que todo el mundo se enterara de la aventura maldita que le había arrebatado la felicidad. 

En esos momentos pasaba Gustavo Flores, un jovencito como de unos trece años que vivía en la Plaza de las Mercedes, a quien Fernando llama para que se acerque,  cuando el joven llega a la terraza de la casa Fernando le dice–-Entra Niño- y Gustavo hace lo que le dicen, al entrar observa a Aniceto y a Patricia que están desnudos, arrodillados y llorando,  mientras Fernando les apuntaba con el revólver. Fernando le dice a Gustavo—Hágame el favor jovencito le dice a los lugareños de la Plaza de las Mercedes, lo que ha visto—Gustavo sale corriendo y lo primero que hace es ir donde los padres de Aniceto y les informa lo que está sucediendo con su hijo; Gregoria comienza a llorar y a gritar en la Plaza de las Mercedes y dice –Ay me van a matar  a mi hijo, ¿por qué esa cachaca se fue a enamorar de mi hijo?--.

Los lugareños de la Plaza se arremolinan alrededor de Gregoria quien no deja de llorar y se van acercando a la vivienda donde están Aniceto y Patricia desnudos, bajo la mirada cruel de Fernando quien les sigue apuntando con el revólver, la  Plaza está llena de curiosos, Pablo Morales, le dice a Francisco que vaya a la policía y ponga en conocimiento lo que está pasando con su hijo en la Plaza, mientras llega la policía un gran número de personas se hacen presente en la Plaza y observan con preocupación el espectáculo de la infidelidad, porque piensan que Fernando en cualquier momento puede jalar el gatillo y asesinar a los amantes malditos.

Pocos minutos después tres policías hicieron presencia en el lugar de los hechos, entraron a la casa y observaron el espectáculo  deteniendo casi de inmediato a Fernando Flores de 28 años, quien furioso continuaba con los reclamos a su esposa y a quién la policía le quito el revólver. 

Patricia al ver a Fernando desarmado como poseída por el demonio se le lanzo desnuda a su esposo y las agresiones no se hicieron esperar, lesionó todo el cuerpo de Fernando, incluyendo una mordida que le hizo en la mejilla, quien como pudo se libero de su esposa enloquecida, pero Patricia cogió en la cocina un sartén y comenzó a pegarle a Fernando, la policía intervino protegiendo a Fernando. 

Acto seguido la agresiva mujer, se vistió con una bata de dormir y cogió toda la ropa que Fernando le había comprado y la tiro en medio de la Plaza le roció kerosene o petróleo e hizo una hoguera con la ropa en medio de la Plaza de las Mercedes.

Aniceto Mieles Morales, salió corriendo y entro a su casa que quedaba al frente donde sucedieron los hechos de la  infidelidad acompañado por Patricia y cerraron la puerta de la casa. En tanto, Fernando Flores, fue puesto a disposición del Inspector Central de Policía de Chiriguaná, don Héctor Avendaño,  quien finalmente se encargaría de deslindar responsabilidades en torno a la denuncia previa por el presunto delito de porte ilegal de armas y amenaza de muerte.

Aniceto Mieles y Patricia Rueda, comenzaron a vivir juntos en la Plaza de las Mercedes de Chiriguaná y eran la comidilla de todas las personas que tuvieron conocimiento de la infidelidad de Patricia, muchos murmuraban – Si se la hizo al esposo se la hace a Aniceto—.

Patricia no salía de la casa de su amante, éste le compro ropa nueva y todo lo que necesitaba para vivir bien, pero Patricia estaba pensando en fugarse, así que planeo todo y tres meses después de estar viviendo con Aniceto, una noche pelo una papa la pico en pedazos muy pequeños, los metió en un pañuelo y lo apretaba para extraer el sumo  que brotaba de la papa,  se lo echo a un jugo para que se lo tomara Aniceto y este se quedo profundamente dormido. 

Acto seguido tomó el dinero que tenía Aniceto en los bolsillos y se marcho caminando hasta llegar al estación de Chiriguaná, se subió en el Tren de Carga y se marcho con rumbo desconocido.

Al día siguiente, Aniceto Mieles, no encontró a Patricia en casa, pregunto por ella a los lugareños de la Plaza de las Mercedes y nadie le dio razón. 

Los lugareños de la Plaza de las Mercedes le preguntaban a Aniceto- Aniceto y la cachaca y él respondía, “¡ANOCHECIO Y NO AMANECIO!”.

NOTA:
Le agradezco al  Ingeniero Químico  Raúl García Hostia; Lic.: Fidel Morales Angulo y Manuela Barahona Angulo; por la información suministrada para escribir esta crónica.  


Fin.

También puedes escuchar mi música ingresando al siguiente link https://open.spotify.com/album/2JXHP6WCIM9aFqgYJO6nd9 .  Espero que la disfrutes.




Comentarios

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  2. Que buena crónica Dr. Martinez. ¡¡¡¡ Felicitaciones !!!. Pobre A nieto.

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    1. A VECES SE COMETEN FALTAS HAY QUE VER PORQUE VIENEN ESTAS FALTAS

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